domingo, 2 de septiembre de 2007

Marurí y el mago

Marurí y el mago

Con peroles, retortas y hierbas trabaja el mago. De pronto el batir de unas alas, casi apaga el fuego de las velas que alumbra el recinto. Gira su cabeza y en sus manos ya está Marurí, la mariposa multicolor.

Ella le cuenta historias de su visita a muchos jardines y de la multitud de flores que encuentra, con cuyo polen se alimenta. Y el mago la escucha en su mecedora.

- Quisiera volar más alto, tener más amigos. Y ver el mundo plagado de colores. De fiesta y alegría. Volar y volar alto, muy alto; por jardines, plazas y comarcas. El mago la escucha, contempla su belleza. Recurre a sus artes, le dice:

- Mapa Rupu Rípi, Mapa Rupu Rípi, Mapa Rupu Rípi. ¡Pronuncia tres veces estas palabras mágicas! Y aplaude ¡Plap, plap, plap!. Y Maruri vuela, vuela preciosa.

A medida que sube a los cielos, a la bóveda azul, de mariposa multicolor se convierte en pajarita, en la pajarita Marurí.

Vuela y se desliza por magníficos jardines de flores exóticas, plazas y castillos; selvas y sierras; ríos y mares. Viaja mucho, visita el mundo y un día al fin cansada de tanto volar y de conocer tierras, regresa, guiada más por el resplandor que le alegra el corazón que por el fuego de las velas que alumbran la choza del mago.

Encuentra al viejo amigo con sus peroles, hierbas y retortas Se posa en su hombro y le cuenta historias al oído. El mago escucha a Marurí, feliz por su visita, disfruta con sus relatos. Historias de amor y desamor. Pasión y olvido. Riqueza y pobreza. Guerra y paz.

El mundo no era feliz: sólo había breves momentos de felicidad para el hombre y los otros seres en el mundo. Habían colores, muchos colores, aunque opacados por las sombras, por la bruma.

- Quiero dar alegría, quiero que todo sea una fiesta. ¿Qué puedo hacer?. Y si no soy pajarita, quién sabe…

El mago le dio sándalo, incienso, piñas de pino, cardamomo, sarmientos, flores y hierbas aromáticas y la colocó suavemente en la ventana, diciéndole:

-Vuela, vuela, vuela amiga mía, dulce mariposa, pajarita de mis sueños. Mapa rupu rípi Mapa rupu rípi Mapa rupu rípi. ¡Plap, plap, plap!

Marurí, rí, si, busca la montaña más alta y más lejana, disipa la oscuridad en tu vuelo; busca el último invierno de tu vida, el humo y el fuego del cielo, recoge tus cenizas y por fin, desde el alba de tus sueños inicia tu última lucha para no morir.

La pajarita Marurí vuela y vuela alto, ahora es un ave muy hermosa parecida a una garza, con plumaje de púrpura y oro; de rojo y naranja, de verde, escarlata y rosa.

Al fin ella encuentra la montaña más alta y más lejana, renace, canta una bella canción y vuelve a vivir mil años.

Julia del Prado (invierno 2006)
Publicado en la revista virtual Remolinos, de Paolo Astorga

Julia del Prado Morales de Peña, limeña, de ancestros arequipeños universales. Bibliotecaria titulada de la antigua Escuela Nacional de Bibliotecarios, Licenciada en Bibliotecología y Ciencias de la Información, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En Medellín, Colombia se especializó en Bibliotecas Escolares y Literatura Infantil en
la Universidad Nacional de Antioquia, becada por la Organización de Estados Americanos. Recorrió Colombia, Costa Rica, El Salvador, México, Guatemala, Panamá, Ecuador, Argentina y Chile, países de nuestra América, alimentándose de su naturaleza y realidad.

Escritora, Periodista y Docente. Ha publicado Estampas y leyendas de Huacho y del Norte Chico. Huacho: 1999 En toda el alma hay una sola fiesta (libro de poemas). Huacho: 2000, el libro de historia viva: Encuentro
con Huacho y allende los mares. Lima: Biblioteca Nacional del Perú, 2001. Cabriolas (historias en verso para niños). Lima: Editorial San Marcos, 2004.

Próximos libros a editarse: La tortuga Alicia, libro para niños
El tuturutu, poemario


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Basílica dorada
estás ahora en la mar
como marco en cielo de tapices

te abraza con su manjar
la luna de orquídeas rojas

estabas en el arroyuelo
recibías su olfato de agua.

¿Dónde andas ahora Basílica dorada?
Dice el oráculo: -anda en la mar-

I N A L C A N Z A B L E

Julia del Prado
Derechos reservados


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El frejolito del abuelo

Papá era sibarita. El cementerio florecía con luz de primavera. Hombres y mujeres trajinaban con flores, licor y comida.

Mi hija de cuatro años me jala de la mano y despacio me dice: -¿Llévamos frejolito al abuelo?.


ª) Julia del Prado
Derechos registrados


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a g u a que rompe la piedra
p i e d r a q u e no la rompe el tiempo

A G U A P I E D R A V I D A

ªJulia del Prado
derechos registrados

2 comentarios:

Unknown dijo...

María querida agradezco la gentileza de publicar este cuento de mi autoría. Besos, Julia

Oscar Néstor dijo...

Notable como toso lo que escribes.

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