Con los pies arrastrados por el suelo;
con la vista buscando el hondo bache,
el abuelo va pensando en cambalache,
para hacer de este momento su consuelo.
Ha enterrado a querer: este es su duelo;
ahora vuelve a su casa ya desierta.
Muy lloroso atraviesa por la puerta
esperando de la muerte su pañuelo.
Esa cama que caliente aun de ella,
marca el cuerpo de su amada sepultada... ,
hace dura esa imagen reflejada.
Se acurruca en el sillón que ella tenia.
Va cerrando lo ojos por momentos...,
a la espera de que acabe su tormento.
Emilio Medina M.
jueves, 23 de abril de 2009
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